Isaiah 35

Gloria del reino mesiánico

1
1. En el presente capítulo renueva el profeta las grandes promesas. “El desierto por donde retorna Israel se convierte en un país fértil; el pueblo de los rescatados gozará en Sión de una felicidad eterna” (Crampón). En la Biblia se alegran hasta el desierto y la tierra árida, saltan de gozo los montes (Salmos 88, 13), se ciñen de regocijo los collados y los valles alzan su voz y cantan himnos de alabanza (Salmos 64, 13); el sol parece como esposo que sale del tálamo y exulta cual gigante que recorre su camino (Salmos 18, 6). De esta suerte la naturaleza exhala el calor de la alegría divina y lo derrama en el alma del creyente.
Alégrese el desierto y la tierra árida,

regocíjese el yermo y florezca como el narciso.

2
2. Bellísimo texto que la liturgia aplica en sentido acomodaticio a la Virgen nuestra Madre (véase 63, 1).
Florezca magníficamente y exulte,

salte de gozo y entone himnos.

Pues le será dada la gloria del Líbano,

la hermosura del Carmelo y de Sarón;

se manifestará la gloria de Yahvé,

y la magnificencia de nuestro Dios.

3
3. San Pablo dirige análoga expresión a los hebreos (Hebreos 12, 13).
Fortaleced las manos flojas,

y robusteced las rodillas vacilantes;

4
4. Sobre esta venganza (cf. 34, 8) véase el doble anuncio contenido en 61, 1 ss., cuya primera parte declara Jesús cumplida en Lucas 4, 17 ss. Toda esta profecía es, pues, eminentemente mesiánica, y alude a una “edad de oro”, de la cual el precario retorno de Babilonia fue solo una figura. Véase 27, 12 s.; 45, 14 y notas.
decid a los de corazón tímido:

“¡Buen ánimo! no temáis.

Mirad a vuestro Dios.

Viene la venganza, la retribución de Dios;

Él mismo viene, y os salvará.”

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5. Véase Mateo 11, 5, donde Jesucristo se aplica estas palabras a sí mismo, confirmando así la llegada del reino mesiánico, como lo hace también en Mateo 12, 28; Lucas 17, 22, etc., y el Precursor en Mateo 3, 10 y 12. Pero, no obstante los gloriosos términos en que lo anunciaban los profetas (cf. 9, 7 y nota), el dulce yugo de Jesús fue rechazado por la fuerza (Juan 1, 11; Mateo 11, 12; Lucas 16, 16) y quedaron entonces sin cumplir aquellas profecías de gloria (Mateo 11, 14; 17, 10-13) de las cuales Él dio como un anticipo en la Transfiguración (Marcos 9, 1 ss.), cumpliéndose en cambio los vaticinios dolorosos (cf. capítulo 53; Salmos 21 y 68, etc.), a pesar del deseo de los buenos amigos de Jesús (Marcos 11, 10; Mateo 21, 9; Lucas 19, 38; Juan 6, 14 s.; 12, 13-15). De ahí el desahucio final que Él formuló a la Sinagoga incrédula (Mateo 23, 39; Salmos 117, 26), como también sus palabras a Pilato (Juan 18, 36 s.) y las de San Pablo en Romanos 11, 26, citando a Isaías 59, 20. Véase también Mateo 2, 2-6; Jeremías 30, 3 y nota.
Entonces se abrirán los ojos de los ciegos,

y serán destapados los oídos de los sordos;

6entonces el cojo saltará cual ciervo,

exultará la lengua del mudo,

entonces brotarán aguas en el desierto,

y arroyos en la tierra árida.

7
7. La fertilidad del país árido es uno de los más significativos símiles de la era mesiánica. Cf. 49, 10.
El suelo abrasado se convertirá en estanque,

la tierra sedienta en manantiales de agua,

y la guarida y morada de los chacales

en parque de cañas y juncos.

8
8. Los que siguen este camino ... no se extraviarán: “Camino” es uno de los nombres de Cristo (cf. Juan 14, 6), y no hay duda de que podemos descubrirle bajo este nombre ya en el Antiguo Testamento. Fray Luis de León ve su imagen en este pasaje y comenta: “¿Cómo no será Cristo «Camino» si se llama camino todo lo que es ley, regla y mandamiento que ordena y endereza la vida? pues es Él solo la ley. Porque no solamente dice lo que hemos de obrar, mas obra lo que nos dice que obremos y nos da fuerzas para que obremos lo que nos dice. Y así, no manda solamente a la razón, sino hace en la voluntad ley de lo que manda, y se lanza en ella; y lanzado allí, es su bien y su ley” (Los Nombres de Cristo).
Y habrá allí una senda, una calzada,

que se llamará camino santo.

Ningún inmundo lo pisará, será solamente para ellos;

los que siguen este camino,

aun los sencillos, no se extraviarán.

9No habrá allí león;

ninguna bestia feroz pasará por él,

ni será allí hallada.

(Allí) marcharán los redimidos,

10
10. Regocijo eterno coronará sus cabezas: “¡Cuántas serán vuestras delicias, oh vosotros que amáis a Dios, exclama San Agustín; os regocijaréis en la abundancia de la paz. Vuestro oro será la paz, vuestra plata la paz, vuestra herencia la paz, vuestra vida la paz, vuestro Dios la paz; todo lo que deseéis, será paz para vosotros. Allí vuestro Dios será todo para vosotros; os alimentaréis de Él para no tener hambre; beberéis de Él para no tener sed; seréis iluminados por Él para no volveros ciegos; seréis sostenidos por Él para no caer. Él os poseerá eternamente, y le poseeréis de la misma manera, porque Dios y vosotros no formaréis más que una sola cosa por unión de amor.”
y los rescatados de Yahvé volverán;

vendrán a Sión cantando;

y regocijo eterno coronará sus cabezas.

Alegría y gozo será su suerte,

y huirán el dolor y el llanto.
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