Sir 26

El contraste entre la mujer buena y la mala

1
1 ss. Véase el retrato de la mujer buena en el capítulo 31 de los Proverbios. “La mujer, dice San Basilio, debe conducirse tan perfectamente en sus modales, en su porte y en toda su persona, que los que la encuentren, viendo en ella una viva imagen de Dios, la saluden por respeto, admirando sus virtudes y venerando su presencia.”
Dichoso el marido de una mujer virtuosa, porque será doblado el número de sus años.

2La mujer fuerte es el consuelo de su marido, y le hace vivir en paz los años de su vida.

3
3. Sobre esta verdad tan importante para los jóvenes véase Proverbios 19, 14 y nota, y como ejemplo el Libro de Tobías que debería ser el mejor amigo de los futuros esposos.
Es una suerte dichosa la mujer buena; suerte que tocará al que teme a Dios, y le será dada al hombre por sus buenas obras.

4Ora sea rico, ora pobre, tendrá contento el corazón, y alegre en todo tiempo su semblante.

5De tres cosas tiene temor mi alma; y por la cuarta tiene espanto mi rostro:

6
6. Delación de una ciudad: en hebreo: la murmuración, esto es, cuando el venticello del descrédito cunde por todas partes contra un inocente.
de la delación de una ciudad, del motín de un pueblo,

7y de la mentirosa calumnia; cosas todas más dolorosas que la muerte.

8
8. Sobre los celos véase 9, 1 y nota.
La mujer celosa es dolor y llanto del corazón;

9su lengua es un azote que alcanza a todos.

10Como el yugo de bueyes que está flojo, así es la mujer mala. Quien la toma, cuente que toma un escorpión.

11La mujer que se embriaga es una plaga grande; y su ignominia y torpeza no podrán encubrirse.

12
12. Véase otros signos para conocer a las personas por su exterior: 12, 10; 19, 24 y notas.
La deshonestidad de la mujer se conoce en la altivez de sus ojos y en sus párpados.

¡Vela sobre tu hija!

13
13 ss. Sobre la guarda severa de las hijas véase 7, 26 y nota. ¡Qué diría el Eclesiástico si conociera las modas y los bailes de hoy y las costumbres en las playas, donde las hijas exhiben su carne y se ejercitan en la inmodestia de los ojos! Abrirá la aljaba a cualquiera saeta (versículo 15): “Expresión velada que indica el abandono de la impúdica” (Bover-Cantera).
Vela atentamente sobre la hija que no refrena sus ojos; no sea que hallando oportunidad, desfogue sus pasiones.

14Séate sospechosa toda inmodestia de sus ojos, y no te maravilles si no hace caso de ti.

15Como un caminante sediento, aplicará la boca a la fuente, beberá de toda agua cercana, se sentará junto a cualquier estaca (de tienda) y abrirá la aljaba a cualquiera saeta hasta que más no pueda.

La mujer virtuosa es un don de Dios

16La gracia de la mujer hacendosa alegra al marido, y le llena de jugo los huesos.

17La buena crianza de ella es un don de Dios.

18Es cosa que no tiene precio: una mujer discreta y amante del silencio, y con el ánimo morigerado.

19Gracia es sobre gracia la mujer santa y vergonzosa.

20No hay cosa de tanto valor que pueda equivaler a un alma casta.

21
21. ¡Cuán hermoso estímulo encierran estas palabras del Espíritu Santo! Bien vemos que el destino que Dios impuso a la mujer (25, 33 y nota), no le impide ser la luz y alegría de su hogar.
Lo que es para el mundo el sol al nacer en las altísimas moradas de Dios, eso es la gentileza de la mujer virtuosa para el adorno de una casa.

22
22. El candelabro sagrado: Véase Éxodo 25, 31-39; 26, 32.
Antorcha que resplandece sobre el candelabro sagrado, es la hermosura del rostro en una edad robusta.

23
23. En griego y hebreo: pies elegantes sobre talones firmes; esto es, la gracia de la belleza apoyada sobre una sólida honestidad. Es decir, que no se condena la belleza sino cuando es buscada como objeto de pecado. Cf. 25, 28 y nota.
Columnas de oro sobre basas de plata son los pies que descansan sobre las plantas de una mujer fuerte.

24
24. Falta en el texto original.
Cimientos eternos, sobre piedra sólida son los mandamientos de Dios en el corazón de la mujer santa.

Cosas que entristecen

25Dos cosas contristan mi corazón, y la tercera me provoca a cólera:

26un varón aguerrido que desfallece de hambre; el varón sabio de quien no se hace caso;

27
27. Sobre este punto importantísimo véase 5, 5 y nota.
y el hombre que de la justicia se vuelve al pecado, al cual destina Dios a la perdición.

28
28. De la lengua, falta en griego y hebreo. El tabernero será fácilmente culpable de la corrupción de otros, pues su interés está en hacer que haya muchos bebedores. Hoy puede aplicarse esto a tantas empresas, espectáculos, revistas, editoriales, que viven del escándalo y se enriquecen con el pingüe negocio de explotar los vicios y debilidades humanas. Véase 27, 11 y nota.
Dos profesiones me han parecido difíciles y peligrosas: el negociante con dificultad se librará de culpa, y el tabernero no estará exento de los pecados de la lengua.
Copyright information for SpaPlatense