Mark 9:14-28

Jesús sana a un muchacho endemoniado

14 aCuando regresaron adonde estaban los otros discípulos, vieron una gran multitud que los rodeaba, y a unos escribas que discutían con ellos. 15Enseguida, cuando toda la multitud vio a Jesús, quedó sorprendida b, y corriendo hacia Él, lo saludaban. 16«¿Qué discuten con ellos?», les preguntó.

17Y uno de la multitud le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo, 18y siempre
O dondequiera.
que se apodera de él, lo derriba, y echa espumarajos, cruje los dientes y se va consumiendo
O se pone tieso.
. Dije a Tus discípulos que expulsaran al espíritu, pero no pudieron».

19Jesús les dijo*: «¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo los tendré que soportar? ¡Traigan al muchacho!». 20Y lo llevaron ante Él. Cuando el espíritu vio a Jesús, al instante sacudió con violencia al muchacho
Lit. a él.
, y este, cayendo a tierra, se revolcaba echando espumarajos.
21Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?». «Desde su niñez», respondió. 22«Muchas veces ese espíritu lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero si Tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos».

23«¿Cómo “si Tú puedes?”», le dijo Jesús. «Todas las cosas son posibles para el que cree f». 24Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: «Creo; ayúdame en mi incredulidad». 25Cuando Jesús vio que la gente corría a reunirse g, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: «Espíritu mudo y sordo, Yo te ordeno: sal de él y no vuelvas a entrar en él».

26Después de gritar y de sacudirlo con terribles convulsiones, el espíritu salió: y el muchacho quedó como muerto, tanto, que la mayoría de ellos decían: «¡Está muerto!». 27Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y él se puso en pie. 28Cuando Jesús entro en casa h, Sus discípulos le preguntaban en privado: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?».
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