‏ 1 Kings 11

Idolatría de Salomón

1
1 ss. Salomón, por quien se manifestó la misma Sabiduría, se apartó de ella por amor carnal. ¡Qué suerte más trágica! Poseer gran número de mujeres equivalía a gran poder. El autor sagrado no censura a Salomón por la poligamia, permitida por la Ley, sino por tomar mujeres paganas que lo indujeron a la idolatría. No hemos de creer que llegó a perder tan completamente el sentido, que se persuadiese que había alguna divinidad en los ídolos; pero sí que, no queriendo disgustar a sus mujeres, les daba juntamente con ellas un culto exterior de adoración, al modo que Adán condescendió con Eva por no causarle pesar (San Agustín). La debilidad mental del rey sabio era tal vez consecuencia de su vejez y de la consunción de sus fuerzas por el excesivo trato con las mil mujeres que tenía (versículo 3). Por eso el Eclesiástico dice que perdió el dominio sobre su cuerpo (Eclesiástico 47, 21). San Gregorio explica su desastrosa caída por la falta de “la vara de la tribulación”. El pecado de Salomón atrajo la ruina a su casa, pues excitó los celos de aquel Dios tan generoso con él, y que le habría perdonado de haberse arrepentido como lo hizo su padre al rey David (II Reyes, capítulo 12).
El rey Salomón amó, además de la hija del Faraón, a muchas mujeres extranjeras, moabitas, ammonitas, idumeas, sidonias y heteas;
2de las naciones de que había dicho Yahvé a los hijos de Israel: “No os lleguéis a ellas, ni ellas se lleguen a vosotros; pues seguramente desviarán vuestro corazón hacia los dioses de ellas.” A tales se unió Salomón con amor. 3Tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres eran causa de los extravíos de su corazón. 4Pues siendo Salomón ya viejo, sus mujeres arrastraron su corazón hacia otros dioses; pues no era su corazón enteramente fiel a Yahvé su Dios, como lo fue el corazón de su padre David. 5
5. Abominación: nombre que la Biblia da a los ídolos.
Salomón dio culto a Astarté, diosa de los sidonios, y a Milcom, abominación de los ammonitas.
6E hizo Salomón lo que era malo a los ojos de Yahvé, y no siguió por entero en pos de Yahvé como su padre David. 7En aquel tiempo Salomón erigió en el monte que está frente a Jerusalén un santuario para Camos, abominación de Moab y para Moloc, abominación de los hijos de Ammón. 8Lo mismo hizo para todas sus mujeres de tierra extraña, que quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.

El Señor anuncia el castigo

9
9. Dos veces: Cf. 3, 5; 9, 2.
Entonces se irritó Yahvé contra Salomón, puesto que había apartado su corazón de Yahvé, el Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces,
10y le había mandado particularmente que no se fuese tras otros dioses; mas él no guardó lo que Yahvé le había ordenado. 11Dijo, pues, Yahvé a Salomón: “Por cuanto te has portado así y no has guardado mi alianza y mis leyes que Yo te había prescrito, arrancaré el reino de tu mano y lo daré a un siervo tuyo; 12pero no lo haré en tus días por amor de tu padre David; sino que lo arrancaré de mano de tu hijo. 13Ni tampoco le arrancaré el reino entero, sino que daré una tribu a tu hijo, por amor a David, mi siervo, y por amor de Jerusalén que Yo he escogido.”

Hadad de Edom

14
14 ss. Dios preparó los instrumentos para castigar a Salomón. Precisamente el rey de Egipto, suegro de Salomón, fue el elegido para proteger al más encarnizado enemigo de Salomón.
Suscitó Yahvé a Salomón un enemigo: Hadad, el idumeo, que era del linaje real de Edom.
15Cuando David estuvo (en guerra) con Edom, y Joab, jefe del ejército, subió para enterrar los muertos y mató a todos los varones de Edom 16—porque seis meses permaneció allí Joab con todo Israel, hasta exterminar a todos los varones de Edom— 17huyó Hadad y con él algunos idumeos de entre los siervos de su padre y se retiró a Egipto, siendo Hadad todavía jovencito. 18Saliendo de Madián pasaron a Farán, y tomando consigo algunos hombres de Farán, llegaron a Egipto, al Faraón, rey de Egipto, el cual le dio casa, le asignó sustento y le dio tierras. 19Hadad halló gracia a los ojos del Faraón, de tal manera que le dio por mujer la hermana de su misma mujer, la hermana de la reina Tafnes. 20La hermana de Tafnes le dio un hijo, Genubat, al que destetó Tafnes en la casa del Faraón; y habitó Genubat en la casa del Faraón, en medio de los hijos del Faraón. 21Cuando supo Hadad en Egipto que David se había dormido con sus padres, y que Joab, jefe del ejército, era muerto, dijo al Faraón: “Déjame ir para que vaya a mi tierra.” 22El Faraón le contestó: “Pues, ¿qué te falta conmigo para que quieras irte a tu tierra?” Replicó él: “Nada me falta, pero de todos modos déjame partir.”

Rezón de Siria

23
23. El rey de Damasco era vasallo de David. Cf. II Reyes 8, 3 ss.
Suscitó Dios (a Salomón otro) adversario: Rezón, hijo de Eliadá, que había huido de su señor Hadadéser, rey de Soba.
24Reuniendo consigo unos hombres vino a ser jefe de una banda, cuando David mató a los (arameos). Llegó a Damasco, donde se estableció, apoderándose del reino de Damasco. 25Este fue enemigo de Israel todos los días de Salomón, además del mal que hizo Hadad, pues aborrecía a Israel y reinaba sobre la Siria.

Rebelión de Jeroboam

26
26. Efrateo: de la tribu de Efraím.
Levantó la mano contra el rey también Jeroboam, hijo de Nabat, efrateo de Seredá, cuya madre era una viuda que se llamaba Seruá. Era este siervo de Salomón.
27
27. Sobre el Milló véase II Reyes 5, 9 y nota. La hondonada es probablemente el valle de Tyropoeon, que separaba la colina del Templo de la ciudad occidental y que, como muestran las excavaciones, fue rellenado casi completamente.
Y he aquí la causa porque se sublevó contra el rey: Salomón estaba edificando el Milló, rellenando la hondonada que había en la ciudad de David, su padre.
28
28. La casa de José eran las dos tribus de Efraín, y Manasés.
Jeroboam era hombre valiente y capaz y viendo Salomón que este joven era muy activo en la obra, le puso sobre todos los trabajos de la casa de José.
29Aconteció por aquel tiempo que saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías silonita, que estaba envuelto en una capa nueva, y los dos estaban solos en el campo. 30Tomando entonces Ahías la capa nueva que tenía encima, la rasgó en doce pedazos, 31y dijo a Jeroboam: “Toma para ti diez pedazos, porque así dice Yahvé, el Dios de Israel: He aquí que voy a arrancar el reino de mano de Salomón, y te daré a ti diez tribus; 32
32. La tribu de Judá, a la cual estaba incorporada la de Benjamín. Aquí como en los versículos 4, 12, 13, 32, 34, 36, etc., vemos reaparecer incesantemente la predilección admirable de Dios por su amigo David, aquel rey de corazón de niño.
una sola tribu quedará para él, a causa de mi siervo David, y a causa de Jerusalén, la ciudad que Yo he escogido entre todas las tribus de Israel;
33por cuanto me han abandonado, y se han prosternado ante Astarté, diosa de los sidonios, ante Camos, dios de Moab, y ante Milcom, dios de los hijos de Ammón; y no han seguido mis caminos para hacer lo que es recto a mis ojos (ni han observado) mis leyes y mis preceptos como lo hizo David, su padre. 34Mas no quitaré de su mano ninguna parte del reino, puesto que le he constituido príncipe todos los días de su vida, por amor de mi siervo David, a quien escogí, porque observó mis leyes y mis mandamientos, 35sino que quitaré el reino de mano de su hijo, y te lo daré a ti, a saber, las diez tribus; 36
36. Una lámpara: un descendiente. No obstante la defección de Salomón, subsiste la promesa sempiterna que solo ha de cumplirse en Cristo Rey Cf. II Reyes 14, 7.
y a su hijo le daré una tribu, para que mi siervo David tenga una lámpara todos los días delante de Mí en Jerusalén, la ciudad que he escogido para Mí a fin de poner allí mi Nombre.
37A ti te tomaré, y tú reinarás sobre todo lo que deseare tu alma, y serás rey sobre Israel. 38
38. La promesa hecha a Jeroboam es condicional como la dada a Salomón, y fallará igualmente por su infidelidad. Cf. 13, 34; 14, 10 ss.
Si obedecieres todo cuanto Yo te mandare, andando en mis caminos, e hicieres lo que es recto a mis ojos, guardando mis leyes y mis mandamientos, como lo hizo mi siervo David, seré contigo y te edificaré una casa estable, como la edifiqué a David, y te daré Israel.
39Humillaré a la descendencia de David por esta causa, pero no para siempre.” 40
40. Sesac (o Scheschonk) fundó una nueva dinastía en Egipto y saqueó la ciudad de Jerusalén en 928.
Procuraba Salomón dar muerte a Jeroboam, pero Jeroboam se escapó y fue a refugiarse en Egipto, cerca de Sesac, rey de Egipto, y permaneció en Egipto hasta la muerte de Salomón.

Muerte de Salomón

41Las demás cosas de Salomón, todo lo que hizo y su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de los hechos de Salomón? 42
42. Cuarenta años: de 970-930. Alcanzó la edad de 60 años. Salomón “no supo escoger de entre las civilizaciones extranjeras, que le encantaban, aquellos elementos que estuvieran en armonía con los gustos profundamente arraigados de sus súbditos; dejó de ser un príncipe hebreo, para hacerse semejante a los déspotas magníficos del oriente. Este fue probablemente su mayor error, pues así perdió de vista el destino de Israel, del cual había sido constituido custodio. Este destino no era adquirir riquezas y gloria, dones que llegan alguna vez por añadidura, sino conservar intacto el depósito de la verdadera religión, viviendo según la Ley de Dios y desarrollándose según la tradición de los padres” (Desnoyers, Historia del pueblo hebreo, III, 155 s.).
El tiempo que reinó Salomón en Jerusalén, sobre todo Israel, fue de cuarenta años.
43Y Salomón se durmió con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David, su padre. En su lugar reinó su hijo Roboam.
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