Isaiah 11
El reino de paz
1 ▼▼1. Retoño y renuevo (en hebreo nézer) designan al Mesías. Compárese las expresiones análogas en 4, 2; 53, 2; Jeremías 23, 5; 33, 15; Zacarías 3, 8; 6, 12. A este pasaje se refiere San Mateo cuando dice que Jesús será llamado Nazareno (Mateo 2, 23). San Jerónimo ve en el retoño a la Madre del Señor, “sencilla, pura, sincera, sin ningún otro germen extraño, y a semejanza de Dios, fecunda en su unidad” (A Eustoquia). El renuevo (San Jerónimo vierte: flor) es Cristo. La explicación del Doctor Máximo, que distingue entre retoño y renuevo, no encuentra simpatía entre los exégetas modernos, porque no concuerda con el paralelismo de los miembros del verso. Retoño y renuevo brotan del mismo tronco (Simón-Prado) y se refieren ambos a Jesucristo. El tronco de Isaí (Vulgata: Jesé) es la casa de David, hijo de Isaí. Cf. I Reyes capítulo 16; Hechos de los Apóstoles 13, 23-33.
Saldrá un retoño del tronco de Isaí, y de sus raíces brotará un renuevo. 2 ▼▼2. De este pasaje la Teología ha tomado los siete dones del Espíritu Santo. Cf. Sabiduría 7, 22; Gálatas 5, 22 s. El texto hebreo conoce solamente seis dones. El número siete se ha introducido por los Setenta que traducen el temor de Yahvé por dos palabras. El Mesías recibirá los dones del Espíritu Santo, no con tasa y medida, como los otros santos, sino con toda su plenitud (San Jerónimo). Véase Juan 3, 34.
Descansará sobre él el Espíritu de Yahvé; espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conocimiento y temor de Yahvé. 3 ▼▼3. El espíritu de temor filial o reverencial, que es fruto de la perfecta caridad (San Agustín).
Su delicia consistirá en el temor de Yahvé; no juzgará según lo que ven los ojos, ni fallará según lo que oyen los oídos; 4 ▼▼4. Juzgará a los pobres con justicia, etc.: Lo que la Virgen celebra en el Magníficat es el advenimiento de los tiempos mesiánicos, como lo expresa en el versículo final (véase Lucas 1, 54 s. y nota). María profetiza, en sus varios aspectos, una sola cosa: el triunfo de los pobres, esto es: la confusión de los soberbios, la deposición de los poderosos, la exaltación de los humildes, la hartura de los hambrientos y la inanidad de los ricos (Lucas 1, 51-53). Tales debían ser, pues, las características esenciales del Reino mesiánico. Véase 32, 1; Salmos 71, 2 y nota. Herirá a la tierra: Cf. Salmos 2, 9; 44, 5 ss. 109, 2 y 5 s.; Apocalipsis 2, 27; 12, 5; 19, 15 y notas. Matará al impío: Es lo que el Nuevo Testamento predice respecto al Anticristo (cf. II Tesalonicenses 2, 8). El Cardenal Gomá aplica esta profecía a los predicadores cristianos que “pasan por el mundo, hace ya veinte siglos, conquistando todas las cosas para Dios y su Cristo. Es la predicación cristiana la verificación de la gran profecía sobre el Cristo de Dios, el Ángel del gran Consejo: Herirá a la tierra con la vara de su boca, y con el aliento de sus labios dará muerte al impío” (Biblia y Predicación, p. 54).
sino que juzgará a los pobres con justicia, y fallará con rectitud en favor de los humildes de la tierra; herirá a la tierra con la vara de su boca, y con el aliento de sus labios matará al impío. 5La justicia será el cinturón de sus lomos, y la fidelidad ceñirá sus flancos. 6 ▼▼6 ss. ¡Qué magnífica visión! La paz invadirá al mundo; “la justicia y la paz se besarán”, como dice el salmista (Salmos 84, 11). Cf. Salmos 45, 9 ss. Esta paz general es imagen de la restauración de todas las cosas por Jesucristo. Véase 2, 4; 66, 22; Ezequiel 34, 25; Zacarías 9, 10; Romanos 8, 19 ss.; II Pedro 3, 13; Apocalipsis 21, 1 y notas. Las figuras bajo las cuales se describe la paz mesiánica, recuerdan los días del paraíso que el Redentor ha de restaurar de una manera más sublime cuando separe de la naturaleza la maldición que sobre ella pesa y cuando aparezca “un cielo nuevo y una tierra nueva”, según la profecía de San Pedro (II Pedro 3, 13). San Ireneo, San Teófilo, Lactancio y algunos exégetas modernos toman la profecía en sentido literal y creen que los animales feroces un día volverán a hacerse mansos como en los días del paraíso terrenal. Cf. 65, 25; Deuteronomio 28, 68; Oseas 2, 18; Eclesiástico 39, 39 y notas.
Habitará el lobo con el cordero, y el leopardo se acostará junto al cabrito; el ternero y el leoncillo andarán juntos, y un niñito los guiará. 7La vaca pacerá con la osa y sus crías se echarán juntas; y el león comerá paja como el buey. 8El niño de pecho jugará junto al agujero del áspid, y el recién destetado meterá la mano en la madriguera del basilisco. 9No habrá daño ni destrucción en todo mi santo monte; porque la tierra estará llena del conocimiento de Yahvé, como las aguas cubren el mar. Restauración de Israel
10 ▼▼10. Su morada (San Jerónimo: su sepulcro): Es el monte Sión, su residencia (Fillion). Otros autores, fundándose en la versión de San Jerónimo, refieren este pasaje al Santo Sepulcro, diciendo que “aún ahora se cumple esta profecía en los santos lugares de Jerusalén, visitados desde los primeros tiempos de la Iglesia por reyes, sabios, potentados y gentes de todo el orbe”. Pero Knabenbauer advierte: “Caveant igitur concionatores, ne sensum et explicationem Sancti Hieronymi auditoribus suis tamquam vaticinium Spiritus Sancti vendant” (Simón- Prado).
En aquel día la raíz de Isaí se alzará como bandera para los pueblos; la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada. 11 ▼▼11. Patros es nombre del Egipto meridional. Elam, país situado en el sudoeste de Persia; Sinear: Babilonia; Hamat: ciudad de Siria; las islas del mar: las islas del Mediterráneo y países de Occidente. Nuevamente: Según San Jerónimo, el profeta quiere decir con esto, que Dios, después de haber extendido su mano para tomar posesión del pueblo de los gentiles, cuando se convirtieren a la fe, la extenderá por segunda vez sobre los hebreos al fin de los tiempos, para que también la abracen. Cf. Romanos capítulo 11.
En aquel día el Señor extenderá nuevamente su mano, para rescatar los restos de su pueblo que aún quedaren, de Asiria, de Egipto, de Patros, de Etiopía, de Elam, de Sinear, de Hamat y de las islas del mar. 12Alzará una bandera entre los gentiles, y reunirá los desterrados de Israel; y congregará a los dispersos de Judá, de los cuatro puntos de la tierra. 13 ▼▼13. En aquel tiempo no existirá más emulación entre Judá e Israel. Vivirán como hermanos. Véase Ezequiel 37, 21 ss.
Cesará la envidia de Efraím, y serán exterminados los enemigos de Judá. Efraím no envidiará más a Judá, y Judá no hará más guerra a Efraím. 14 ▼▼14. Al occidente: Quiere decir que harán conquistas entre los pueblos paganos. Lo mismo significa el segundo hemistiquio. Es una maravillosa profecía de la misión apostólica entre todos los pueblos del mundo.
Se lanzarán, al occidente, sobre los flancos de los filisteos y juntos saquearán a los hijos del Oriente; sobre Edom y Moab extenderán la mano, y los hijos de Ammón les prestarán obediencia. 15 ▼▼15. La lengua del mar de Egipto: el Mar Rojo en su parte septentrional. El río: el Éufrates (véase 8, 7).
Yahvé herirá con el anatema la lengua del mar de Egipto, y levantará con impetuoso furor su mano sobre el río, lo partirá en siete arroyos, de modo que se pueda pasar en sandalias. 16Así habrá un camino para los restos de su pueblo, para los que quedaren de Asiria, como lo hubo para Israel el día de su salida del país de Egipto.
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