Jeremiah 17
El pecado de Judá
1 ▼▼1. Tanto se ha arraigado la idolatría que no se deja arrancar de sus corazones (IV Reyes capítulo 16). En los cuernos: Los altares estaban provistos de cuernos como el altar de los holocaustos. Véase Éxodo 27, 2 y nota; Levítico 4, 7.
El pecado de Judá está escrito con punzón de hierro, y grabado a punta de diamante en la tabla de su corazón, y en los cuernos de sus altares; 2 ▼▼2. Ascheras (Vulgata: bosques), es decir, ídolos de Astarté en forma de árboles o palos, que se erguían al lado del altar. Véase 2, 20; 3, 6; Jueces 2, 13 y nota.
ya que sus hijos siempre piensan en sus altares y sus ascheras, junto a los árboles frondosos, sobre los altos collados. 3 ▼▼3. En los lugares excelsos solía hacerse el culto de Baal. Baal significa Señor. Su culto se practicaba bajo varios nombres, p. ej. Baalfegor, Baalzebub (Beelzebul), Baalberit, etc.
“Oh montaña mía plantada en el llano, entregaré al saqueo tus riquezas, todos tus tesoros, tus lugares excelsos, a causa del pecado en todo tu territorio. 4Perderás por propia culpa tu herencia que Yo te di; y te haré servir a tus enemigos en un país desconocido pues habéis encendido el fuego de mi cólera, que arderá para siempre.” 5 ▼▼5 ss. Es esta una de las luces más grandes y fundamentales que nos da la divina revelación. A medida que ella nos hace crecer en la fe y en la admiración de Dios, nos quita toda ilusión humana sobre nosotros mismos y sobre nuestros semejantes en la naturaleza caída. Cf. Denz. 174-200. Véase Juan 2, 24 s.; II Paralipómenos 32, 8; Salmo 39, 5 y nota. “Ante el profético dilema, Judá se decidió por el «maldito el hombre que en el hombre confía». Empujado por los ejércitos caldeos marchó el pueblo camino del desierto, dejando atrás con la paz y abundancia de la Tierra prometida, su monoteísmo, su teocracia, sus esperanzas mesiánicas. Cuando el árbol vuelva a bañar sus raíces en las aguas del Jordán, se abrirá de nuevo un periodo de bonanza” (Asensio). Bienaventurado el varón que confía en Yahvé (versículo 7): Cf. Salmo 1, 1 ss.; Job 29, 19; Isaías 57, 13. El hombre que confía en Dios, saca de esta misma confianza el auxilio y la gracia para sobreponerse a todas las tribulaciones. “Si ponemos constantemente nuestros intereses en manos de Dios, no habrá demonio ni enemigo que pueda derribarnos” (San Antonio). Plantado junto a las aguas (versículo 8): El agua que vivifica las plantas era la imagen más elocuente en Israel (Salmo 142, 6 y nota).
Así dice Yahvé: “Maldito quien pone su confianza en el hombre, y se apoya en un brazo de carne, mientras su corazón se aleja de Yahvé. 6Será como desnudo arbusto en el desierto; cuando viene el bien no lo ve; pues vive en la sequedad del desierto, en una tierra salobre y no habitada. 7Bienaventurado el varón que confía en Yahvé, cuya confianza es el mismo Yahvé. 8Es como árbol plantado junto a las aguas, que extiende sus raíces hacia el río; no teme cuando llega el calor, permanece verde su hoja; no se inquieta en el año de la sequía, ni deja de dar fruto. 9 ▼▼9. San Pablo insiste sobre esta importante y olvidada verdad (Romanos 3, 4). Véase Salmo 115, 2.
La cosa más dolosa y perversa es el corazón, ¿quién podrá conocerlo? 10 ▼▼10. Los riñones; es decir, los afectos, los pensamientos. Es una locución específicamente bíblica.
Yo, Yahvé, que escudriño el corazón y pruebo los riñones, para retribuir a cada cual según su proceder, según el fruto de sus obras. 11Como la perdiz empolla huevos ajenos, así el que junta riquezas, mas no con justicia, a la mitad de sus días tendrá que dejarlas, y en sus postrimerías será un necio.” Plegaria de Jeremías
12 ▼▼12. Retoma el pensamiento del versículo 5: Nosotros ponemos nuestra confianza en Dios, la esperanza de Israel.
Trono de gloria, excelso desde el principio, es el lugar de nuestro Santuario. 13 ▼▼13. Fuente de aguas vivas: Así se llama Jesús en Juan 4, 10 ss.; 7, 37 ss. Cf. Isaías 12, 3 y nota. Su Santidad Pío XII recuerda estas cortantes palabras en la Encíclica “Sumrmi Pontificatus”, al decir: “Un sistema de educación que no respetase el recinto sagrado de la familia cristiana, protegido por la ley santa de Dios... y considerase la apostasía de Cristo y de la Iglesia como símbolo de fidelidad al pueblo o a una clase determinada, pronunciaría contra sí mismo la sentencia de condenación y experimentaría a su tiempo la ineluctable verdad de la palabra del profeta: Los que se apartan de Ti, serán escritos en el barro.”
Oh Yahvé, Esperanza de Israel, todos los que te abandonan quedarán confundidos, los que se apartan de Ti, en la tierra serán escritos, por haber dejado a Yahvé, la fuente de aguas vivas. 14¡Sáname, Yahvé, y quedaré sano; sálvame, y seré salvo; porque Tú eres mi gloria! 15 ▼▼15. ¿Dónde está la palabra de Yahvé? ¡Qué se cumpla! Es impresionante la similitud de este pasaje con el de II Pedro 3, 3 ss. donde el Apóstol anuncia las dudas y burlas que habrá en vísperas de la segunda venida de Cristo, precisamente cuando esa Parusía esté más próxima. Idénticas burlas e incredulidad anuncia el mismo Señor, al decir que será como en los días de Noé y en los días de Lot (Lucas 17, 26-30), y al indicarnos que cuando sucedan estas cosas podremos saber que el reino de Dios está próximo (Lucas 21, 31) y que “Él está cerca, a las puertas” (Marcos 13, 29). “Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!” (ibíd. versículo 37).
Mira que ellos me dicen: “¿Dónde está la palabra de Yahvé? ¡Que se cumpla!” 16 ▼▼16. Texto y sentido oscuros. En vez de día aciago dice la Vulgata el día del hombre, expresión difícil de entender. “Significa probablemente el día que un hombre fija para un juicio, y por ende, el juicio mismo; después el favor, la protección de los hombres” (Vigouroux). Cf. I Corintios 4, 3.
Yo no he rehusado ser pastor en pos de Ti, ni he deseado el día aciago, Tú lo sabes; lo que salió de mis labios fue recto ante Ti. 17 ▼▼17. El santo profeta toca el fondo del corazón de Dios al mostrarle que no desea mirarlo con miedo a Aquel que es su esperanza. “Muchas veces, cuando todo se cree perdido, está en verdad todo ganado y a salvo. Mucho de lo que somos, lo debemos, no a lo que hemos hecho, sino a lo que hemos padecido; no a lo que teníamos, sino a lo que nos faltaba... Si no se prensara la uva en el lagar, no habría vino” (San Agustín). “En lo grande y en lo pequeño es siempre cierto que los que siembran con lágrimas, con regocijo segarán” (Mons. Keppler, Escuela del Dolor, 84).
No quieras causarme temor, Tú eres mi refugio en el día malo. 18 ▼▼18. Sobre estas imprecaciones véase 18, 21 y nota. No son tanto expresión de deseos de venganza personal, sino del santo celo por la causa de Dios.
Sean avergonzados mis perseguidores, mas no quede avergonzado yo; tiemblen ellos, y no sea yo quien tiembla. Venga sobre ellos el día de la calamidad, quebrántalos con doble quebranto. Observación de sábado
19Así me dijo Yahvé: “Ve y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por donde entran y salen los reyes de Judá, y a todas las puertas de Jerusalén; 20y diles: Escuchad la palabra de Yahvé, reyes de Judá, y Judá entero, y todos los habitantes de Jerusalén, que entráis por estas puertas. 21 ▼▼21. La profanación del sábado provoca la cólera de Dios. Los que trabajan el día del Señor o lo profanan con los mundanos, no tienen tiempo ni gusto de asistir a los cultos divinos. La santificación del sábado data desde la creación del mundo (Génesis 2, 3), y fue inculcada muchas veces por la Ley mosaica, pero tan mal practicada como hoy en muchas partes la observancia del domingo. Véase Isaías 56, 2 y 6; 58, 13; Ezequiel 20, 16; Nehemías 13, 15 ss.; Amós 8, 5, etc.
Así dice Yahvé: Guardad vuestras almas; no llevéis cargas en día de sábado, ni las paséis por las puertas de Jerusalén. 22No saquéis cargas de vuestras casas en día de sábado, ni hagáis labor alguna, antes bien, santificad el día de sábado, como Yo mandé a vuestros padres. 23Mas ellos no escucharon ni prestaron oídos, sino que endurecieron su cerviz, para no oír ni recibir la instrucción. 24Si de veras me obedecéis, dice Yahvé, y no introducís cargas por las puertas de esta ciudad en día de sábado, y santificáis el día de sábado no haciendo en él labor alguna, 25 ▼▼25 ss. Es muy notable esta promesa de que el trono de David habría continuado sin interrupción en caso de fidelidad al mandamiento del sábado. Cf. 22, 4; Salmo 88, 31; Isaías 35, 5 y nota. En realidad, la casa de David perdió el trono de Judá el año 587, cuando el rey Sedecías fue llevado al cautiverio. Después del cautiverio el Sumo Sacerdote empezó a tomar en sus manos, las riendas del gobierno.
entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes, que se sentarán sobre el trono de David, montados en carrozas y caballos, ellos y sus príncipes, los varones de Judá y los habitantes de Jerusalén; y esta ciudad estará siempre poblada. 26Y de las ciudades de Judá y de los alrededores de Jerusalén, de la tierra de Benjamín y de la Sefelá, de la montaña y del Négueb vendrán gentes trayendo holocaustos y sacrificios, ofrendas e incienso, y ofrecerán sus alabanzas en la Casa de Yahvé. 27Pero si no me obedecéis en santificar el día de sábado, si al contrario lleváis cargas, entrando por las puertas de Jerusalén en día de sábado, encenderé en sus puertas un fuego, que devorará los palacios de Jerusalén; y no se apagará.”
Copyright information for
SpaPlatense